domingo, 17 de julio de 2016

Sierra de Gredos y de Jerte: "el viaje del dolor".

Sábado 9 de Julio de 2016.


Quedamos a las 7.00h de la mañana, (salimos a las 7.21h, que no esta mal...), y por una vez, todos en el punto de salida antes de la hora oficial.

Repasamos la ruta entre todos, (la dirige Eliseo, y a tramos, Rafa), y recuerdo que Toledo y compañía estará en alerta naranja por latas temperaturas..., pero, ya estaba todo preparado.

Cogemos autovía, Almansa, Albacete y la Roda,


(Rafa, Betty, Jose, David, Antonio, Eliseo, Seigen y Miguel),


Rafa y Antonio.

 donde empezamos a marear por nacionales, Villarobledo, Mota del Cuervo, El Toboso, Quintanar de la Orden, y Tembleque, Toledo, donde paramos a tomar algo frío, y dar una vuelta.

Jose, Betty y yo, nos metemos en la oficina de turismo, a ver que había por allí, y firmamos en el libro de visitas.



Betty.



Seigen también firmó...



Seigen y Jose.


La plaza de Tembleque: de izquierda a derecha. Rafa, Jose (Danubio), Betty,  David, Eliseo, Seigen, Antonio y Consuelo, (su marido, Miguel, haciendo la foto).


Rafa, Seigen y Copnsuelo. 

Aquí el calor ya era duro..., y no eran ni las 12.00h de la mañana...


David, Eliseo y Antonio.




Tembleque recuerda mucho a la plaza mayor de Almagro, Albacete.

Continuamos por Villacañas, Mora, cruzamos Toledo, (ya volveríamos el Domingo), y al pasar Cebolla, paramos en una gasolinera abandonada, (que eran legíon las gasolineras cerradas, pero, buscar una sombra para 9, era prioritario...), y el plan original era llegar al hostal, pero, eran las 14.30h, y teníamos que parar a comer antes. Al final, llegamos a Talavera de la Reina, (Toledo), y allí nos metimos en un Wok buffet libre, menos Miguel y Consuelo, que preferían algo más ligero. Eran casi las 15.00h.

Después de no dejar que terminara el helado del postre.., (presión....), seguimos un tramo más hacia Arenas de San Pedro,



donde por fin llegamos al Hostal Avenida:





donde los cuadros, eran lo mejor del hostal...



sin olvidar el aire acondicionado....



y la televisión plana, porque, sí fuera de tubo, "como las de antes", podría pasar perfectamente por un hostal de la década de los 70...

Pero, descargamos,





 y salimos cortando para que nos diera tiempo a ver la Cueva del Aguila, que cerraba a las 19.00h. Eliseo se quedo descansando un poco, y el resto, a seguir pasando calor.


En moto el calor era insoportable..., pero, aún a la sombra, tampoco era mucho mejor.



Por fin, conseguimos pasar en el pase de las 18.30h.

La Cueva del Aguila es una visita muy recomendable. Bobeda de 10.000 mts cuadrados sostenida sin columnas, y con sus estalacticas con hermosos tonos blancos y marrones, y las estalagmitas, donde predominaban más los blancos. Buena visita de algo más de una hora, (volví a entretener al guía...), pero, siempre digo lo mismo, cuando dicen:

-Podéis preguntar todo lo que queráis...

Es lo que hago, preguntar.













Cueva interesante, de explotación privada, (los 7.5€ de cada entrada así lo atestiguan...), y una temperatura constante de 17º. Ideal.

Salimos zumbando de la cueva, y volvemos a por Eliseo. Lo recogemos, y a la piscina natural del río Arenal, en la carretera del Hornillo.

Baño rápido en el río, y otra de vuelta al hostal.



 La noche nos esperaba...



Antonio y Rafa.


Betty y Consuelo.


De izquierda a derecha: Consuelo, Miguel, Eliseo, Seigen, David, Rafa, Antonio y Jose.



Después de cenar, Antonio, David y Rafa se quedaron para una copa más, pero, el resto, nos fuimos a dormir..., hasta que nos perdimos.


Y como el gps indicaba un camino de tierra y piedras, sin iluminación, con la vegetación cerrando por arriba el camino..., ¿por qué no?, allí que nos metimos.


 Luego la situación mejoraba por momentos, con los ladridos de varios perros alrededor, un pequeño barranco con el río corriendo a nuestra izquierda, al final del camino vimos la iluminación del pueblo, y en pocos metros, ya habíamos llegado.

La anécdota del viaje.

Sobre la 1.00h de la madrugada llegamos al hotel, y el segundo grupo, (Antonio, David y Rafa), llegaron a las 2.30h..., y sí, todo el hostal se enteró cuando llegaron...

A la mañana siguiente, el bar de abajo, seguía cerrado, por lo que, vamos a buscar al primer bar abierto del pueblo, pero, antes:



Las últimas fotos desde el balcón del hostal:











Y donde durmieron nuestras motos, todas juntas...



Casi se me olvida..., los guantes pasaron toda la noche así, en la calle...



Por fin, llegamos al bar, y no recuerdo el nombre, pero, podría llamarse: Caro y tranquilo..., 4€ por zumo de naranja y tostada con aceite y tomate plastificado..., y más de una hora perdida.




Sin embargo, me gusto Arenas de San Pedro, Ávila.


Pueblo tranquilo, y con montañas al fondo.






Seguimos haciendo camino, y poco después de salir del pueblo, camino del Monasterio de Yuste, pasamos por un pequeño puerto, como los que me gustan a mí, pequeño, estrecho, sin ralla en medio..., como Confrides, en Alicante.

Y tras otro tramo intenso de zonas rápidas y buenas curvas, llegamos al Monasterio de San Jeronimo de Yuste, en Cuacos de Yuste, Caceres.

Entrada: 7€..., y no se pueden hacer fotos de los interiores. (Sigo sin saber porqué...).



No es muy grande, pero, sí muy bonito, sobre todo los dos claustros, el gótico y el renancentista, (este es el mejor para mi).




Antonio es buena gente, y en seguida se ofreció a hacer la foto al matrimonio mayor.


Bromas a parte, todo esta inmaculado, limpio y muy cuidado.



Esta es la foto del techo, nada más entrar, y fue cuando me avisaron que no podía hacer fotos de los interiores..., (menos mal que no me quitaron el móvil...).



Esta para el recuerdo: Consuelo, en el nicho, Rafa de fondo, y Miguel y Jose.







La fuente fue muy visitada ese día...










Esas enredaderas le dan un toque muy especial, como a castillo inglés...


Sin embargo, a ese jardín, pedía a gritos unos rosales, o como mínimo, algo plantado...




El estanque muy soso..., ni un pato o cisne...










Miguel.


Consuelo.







Lastima no haber llevado una cámara digital. Los móviles no dan para más..., Jose, Betty y Miguel.



 


No había ni carpas...








La ventana estaba recta.


 


Antonio me dijo que los frutos de este árbol eran nueces..., en consecuencia, un nogal. Nunca había visto ninguno...




Jardín muy cuidado, pero, demasiado verde. Le faltaba el desenfado del color.




Los ecualiptos son los amos del lugar...








Jose y Betty.


Esos claveles rojos, de lo poco de colorido que vi en toda la visita.


 
Rafa y Antonio.


Jose y Betty.


Betty.







Jose y Rafa.



Rafa, jugando con las perspectivas...


Consuelo.


Jose, Antonio, Rafa y Miguel.

Al salir del monasterio, y cruzar Cuecos de Yuste, cogimos mucho tráfico..., (en Domingo por la mañana...), y tras esperar un poco, supimos porque:


Seigen y Antonio.


Rafa.


















 David.












David y su inseparable mono de cuero..., con más de 40º durante tres días, es digno de admiración.











La incombustible FZ8 de Jose.



Al salir del monasterio, y cruzar el pueblo, Cuecos de Yuste, cogemos tráfico, demasiado...



y antes de llegar las carrozas, (aquí usan trailes...), pasemos debajo del cura, y nos bendijo a todos, motos incluidas.

Un poco más adelante, llegamos a Plasencia.



Otra vez pagando caro el calor..., y gracias a la crema de Consuelo, no me queme como un cangrejo. (Gracias Consuelo).








Rafa.






Queríamos ver la iglesia por dentro, pero, la visita duraba 45 minutos..., y ya íbamos mal de tiempo. Como siempre.


Eliseo, (se me hizo muy raro durante todo el viaje que Poli no viniera con nosotros, y sobre todo, ver a Eliseo solo), Antonio, Consuelo, Betty, Jose, y Miguel.


Las fotos malas son de Seigen.









Betty y Jose.








Betty.




Por fin vamos llegando a la plaza...



Abarrotada de gente...



Y encontramos un chiringuito pinteresco,



Con camarero antipático también...


Camarero poco simpático a la izquierda, Jose aguantando la cerveza pese al susto..., señora mayor con prisa. (Soy de la opinión de que la señora le toco el culo a Jose sin querer...).


Ahora sí, Jose tranquilo con su cerveza...


Con Antonio y Rafa comprobando la temperatura de las cervezas...

Y prácticamente a las 15.00h de la tarde, meternos a comer en el primer sitio que vimos. Error...



Betty y Jose.



Seigen, Betty y Jose.

No recuerdo el nombre, porque, fue un sitio para olvidar..., y caro.

Después, salimos zumbando otra vez, por el calor. Y vamos a Barco de Avila, para ver el castillo. (Cerrado...).





Antonio.



Seigen, Antonio y Rafa.


La pequeña verde, estrenando amortiguador, manillar y alzas...





Pero, después vino lo bueno..., el Valle del Jerte, pero, que pasemos a piñón..., una pena. Hasta que en un pequeño tramo que fui delante, en N-502 a su paso por Ávila, veo una señal de un mirador, y paro:


Puro espectáculo el Puerto del Pico.


Los amigos me dijeron:
-¿Por qué has parado...?
He visto la señal del mirador, y algo bueno tiene que haber...


Y así fue. Seigen.





Además, calzada romana.








 Y una fuente, pero, sobre todo, sombra...







Continuamos un poco más, y vuelvo a parar: esta vez para comprar cerezas, mermelada y miel.


Jose y Rafa con el resto un poco más abajo. Miguel y Consuelo me esperaron a que terminara de comprar.


Betty.

Y un poco más abajo, David se adelanto, para hacernos unas fotos a altura de Ramacastañas, Ávila.


Seigen.


Rafa.


Antonio.


Eliseo.

El siguiente objetivo era llegar al hotel Eurostar de Toledo de buena hora, por lo que, cuando podemos, dejamos la nacional, y cogemos autovía..., hasta que antes de llegar a Madrid, cogemos un tráfico brutal, hasta el punto, de tener que adelantar en varios tramos por el arcén..., (el calor era insufrible...), ir a velocidades por encima de lo que tenemos por norma, salir y entrar una y otra vez, para ver entre todos, por donde seguíamos, para escapar de esa trampa mortal, que era la autovía parada con más de 40º y sin sombra en ninguna parte, y al final, conseguimos llegar al hotel. A las 21.30h...


Y 10 minutos de piscina.



Eliseo, Seigen y Antonio.

Corriendo a ducharnos y arreglarnos para la cena. (Fue la constante todo el viaje..., sin parar de correr para todo, pero, eso sí, disfrutamos mucho los momentos de esparcimiento...).

Preguntamos en recepción un sitio bueno para cenar, y nos recomiendan el Restaurante La Abadía..., y como hace calor, y es tarde, decidimos pedir 3 taxis..., y allí que fuimos.

Mención especial al taxista que cogimos Betty, Danubio y yo.



Todo un personaje muy entrañable. En los 7 minutos que duró el trayecto, este hippy de los de antes, que no cogía nada que no fuera suyo, que no entiende ni el mundo ni la política actual, motero, y apasionado de la cultura indy norteamericana, le dio tiempo, de carrerilla y sin parar, para hacernos un resumen de su vida. Un momento extraño, pero, interesante a la vez.

Entramos en el Abadía.



Pleno casco histórico de Toledo, entramos en el restaurante, y bajamos tres plantas en el subsuelo...


Y nos metieron en un receptaculo, con luz ambiente morada, y con el techo redondo..., que o bien era el horno para el pan, una cripta, o un antiguo aljiber...

Betty y Jose.



Betty, Seigen, Jose, Eliseo, Rafa, David, Antonio, Miguel y Consuelo. Por una foto, todos juntos...


La comida estaba buena, la cerveza casera, por lo visto también, pero, tuvimos que pedir a parte del menú de  degustación, cochinillo, y otra botella de vino...


O como dijo David: Antes...


Después...


Y no había probado el vino todavía...



Seigen, Betty y Jose.

Nos clavaron 33€ por cabeza..., y las camareras, más estiradas que hechas de encargo..., y así, con otro taxi de vuelta al hotel, (esta vez, un extranjero con fuerte acento ruso, no era muy hablador...), llegamos al hotel, pasadas las 1.00h de la mañana.


 A la mañana siguiente, habíamos quedado a las 9.00h para desayunar...



  y estas vistas de Toledo desde el restuarante del hotel, siempre son un acierto.


Antonio, Seigen, Consuelo y David.

A las 10.15h, emprendemos el regreso a casa:



Puerta de la bisagra.


Alcazar, imponente como siempre.

De camino, paramos a tomar algo frío en un bar,







y nos recomiendan visitar los molinos, y después, a Belmonte, que tiene un castillo.










Seigen, Eliseo, Antonio, Jose, Betty, David, Rafa, Consuelo y Miguel.






 Después de los amigos, las protagonistas del viaje: Kawasaki Er6F,(Seigen), Triumph Tiger 800 y Tiger 800 XC, (Eliseo y Antonio), Yamaha FZ8, (Jose y Betty), Kawasaki Z800e, (David), y Kymco 400, (Miguel y Consuelo).










Creo que esta es la buena...


 





Estos momentos son los más duros. Cuando entre risas y cachondeo, ves el cansancio acumulado en tus amigos y compañeros de ruta.








Betty, que en dos días, se emancipa, y saldrá con nosotros con su propia moto. ¡¡¡Ánimo Betty!!!


 

Aprovechando la sombra..., (Betty y Jose).



Miguel y Seigen.





Miguel y Consuelo, con Antonio y Rafa.



Y poco después, llegamos al Castillo de Belmonte. (cerrado los lunes, pero, abierto los lunes de agosto...).


 Jose


Mi gente: Eliseo, David, Jose, Consuelo, David, Betty, Seigen, Rafa y Antonio.





Antonio.


Jose.

 

Jose con un amigo.




Y sin más, seguimos de tirón hasta Villena, que Rafa conoce un sitio a pie de autovía, que la cocina esta abierta las 24h.

Llegamos a las 16.00h, y tras una comida tranquila, con natillas de postre "diferentes"...


 Llegamos a casa poco después de las 18.00h.


Y contra todo pronóstico, las cerezas aguantaron desde Ávila a Alicante, (eso sí, el domingo por la noche, saque las cervezas de la nevera de la habitación, y puse las cerezas).


Y el resto de la compra del viaje, mermelada de cerezas, pimentón dulce del Monasterio de Yuste, y miel.

Como conclusión final debo reconocer que asumimos un riesgo inminente al viajar en verano, pero, lo pasemos demasiado mal por el calor. Más de 40º en Caceres y Toledo, (Ávila tuvo un par de tramos frescos, como el Puerto del Pico), es una locura. Sin embargo, todo salió bien, mis amigos y yo llegamos enteros, y disfrutamos como críos de la Sierra de Gredos, el Valle del Jerte, y por supuesto, el Puerto del Pico, en Ávila.

Y mención especial a Eliseo, dueño y señor de la ruta, que se paso los tres días peleando con el gps, y que antes, nos busco a todos alojamiento, y preparo la ruta, y por supuesto, a David, que cuando lo veía derrumbado sobre el depósito de su Z800 en la autovía hacia Madrid, reventado de calor con el mono de cuero puesto todo el viaje..., el momento más duro del viaje.