martes, 18 de abril de 2017

Alpujarra de Granada, 15 y 16 de Abril de 2017.


Mario con su R6.

En esta ruta, agradecer a Diego de Puerto Lumbreras, y Antonio de Almería, por su inestimable ayuda a la hora de preparar las rutas de estos dos días. Queríamos ver lo máximo posible, y sobre todo, lo mejor.

 Fin de semana de Semana Santa..., mala fecha para salir de viaje..., sin embargo, el tiempo era bueno, la zona a visitar, inmejorable, y al final Pive y yo nos decidimos por salir temprano, a la hora de los valientes: 6.00h.


Llegue 30 minutos antes a Crevillente, Alicante, y la luna llena y los camiones como única compañía...

Pive llegó puntual, y pagamos el largo tramo de autovía hasta Chirivel, Almería, y de allí a Olula del Rio, Tíjola, Bacares.



(una pena de asfalto..., sucio, y más liso que hecho de encargo...).


Pive estrenando su rutometro. Le llevo horas preparar la ruta, y hasta ese punto, fue perfecto, perdiendo solo 16 kms por un error humano.


Pive.

 No obstante, modificamos sobre la marcha los dos días, pero, ya tenemos la ruta preparada para la próxima vez.


 Y por fin llegamos, que nos estaba esperando Antonio,  compañero de Almería que coincidimos en Conguitos del año pasado, (y seguro que en el de este año también), y El Desafío 2017. Nos acompañó y nos llevó a los mejores tramos de Almería y Granada que estaban más o menos cerca de la ruta que teníamos prevista.

Gracias por todo Antonio.


Una vez los tres juntos, lo primero que hicimos fue subir al mirador de la Tética, Almería.




Pive y sus antenas...


Siempre merece la pena volver aquí,


porque, las vistas,


 lo merecen.


Y con razón.




La última vez que estuve fue con la Vstrom..., y dije de no volver a subir hasta arriba..., y para variar, lo pasé mal para bajar.



Y poco después, un puerto, que bien por nieve, o lo más normal, por falta de tiempo, siempre se nos resiste:


Velefique.


Esta vez pasamos de largo del cartel con la altura del puerto, y fuimos al famoso mirador:


Pive.




Ese tipo de construcciones, o los restos, le hubieran gustado a Rafa, con el que tengo una ruta pendiente a las "Aldeas negras", por sus casas hechas con pizarra.

Seguimos bajando el puerto, y nos desviamos a Castro de Filabres. Al llegar a Olula de Castro, Antonio dijo que parar para tomar algo, y nos metimos en el pueblo..., y se complicó: aquello no eran cuestas abajo..., eran antiguas escaleras, hechas pendiente de horquigón con rayas a lo ancho, y con una inclinación brutal. Bajamos prácticamente andando, aguantando la moto con el freno delantero, y asomándonos en cada esquina, para saber por donde tirar, porque, sí había que tirar hacía atrás, lo hubiéramos pasado muy mal..., y en una de estas, aguantando una frenada larga, oigo unos ruidos muy raros, seguidos, y como metálicos, y de repente, cede la horquilla un poco más hacía abajo, y recupera a la misma velocidad. Por puro instinto, miro a la barra izquierda de la horquilla, porque, note algo extraño en ese lado, y vi el guardapolvo de la barra lleno de aceite sintético de la horquilla..., había reventado un retén.

Con mal cuerpo, lo primero que pienso es que estoy en Almeria, me queda ir a Granada, y volver a casa al día siguiente..., al parar para tomar algo frío, lo comento con Pive y Antonio, y decido continuar, con menos ritmo, y aguantando mucho el freno trasero, sobre todo en frenadas fuertes en bajada, porque, la horquilla no iba bien: muy blanda, y con sensación extraña en el lado izquierdo.

De bajada iba pasando pena..., y de subida, mucho mejor.

Llegamos a Gergal, un tramo de autovía, y paramos a comer en Dólar, Granada.


Un buen sitio para comer.


Pimientos de piquillo rellenos de atún.

Menú diario de 12€, con postre y café, aunque, este último..., no había "huevos" a tomarlo..., supongo, que aunque les dijimos dos veces, que los queríamos cortos de café, pensaron que les dijimos cortos de leche...

Y un poco más adelante, un puerto al que le tenía muchas ganas:



 Betty.

Como bien me dijo Moises, puerto sucio con gravilla. 


Pive.

Y Moises tenía razón, lo mejor estaba después...

Pero antes, parada en la fuente:



El cansancio ya hacía estragos..., había dormido 4 horas, y junto al fuerte calor, estábamos reventados..., por lo que, una vez más, nos vimos obligados a cortar ruta y kms, para llegar en condiciones a Lanjaron.


Bajamos hacía Jubar, Mairena, Ugijar, Yator, Gadiar, donde Antonio y yo paramos a repostar, y aprovechamos para despedirnos, y Pive me espero un poco más abajo, que estaba solucionando un tema del trabajo. Una vez más, muy agradecido a Antonio por su compañía, y buenos consejos sobre la ruta. Antes de irse, me recomendó que no podía irme sin ir a Trevelez, y me quede con esa idea.


Y con mucho pesar por nuestra parte, y tras considerar las dos opciones que teníamos ante nosotros, 
decidimos optar por la opción más lógica, y cortamos directamente hacia Lanjarón.


Además, el día anterior, Danubio me dijo que sí que venía al final con Betty, y Alfonso me dijo lo mismo, los puse en contacto, y pese a seguir en contacto durante la ruta, solo pudimos coincidir en Lanjarón, donde llegamos solo hora y media antes que ellos. Una vez allí, conocimos a Mario, un compañero nuevo de rutas, y así, todos juntos, a comprar Miel y algún detalle más, y preguntando en la dependienta de la tienda, nos recomendó dos sitios para cenar.


Seigen, Pive y Danubio.

Fuimos al primer sitio, en frente de nuestros hoteles, (al final, estuvimos en dos diferentes, y el de Danubio, Betty, Alfonso y Mario, que se alojaron en el Sol, era mejor y más barato que el nuestro, el Nuevo Palas).

Como siempre, nos dejamos aconsejar sobre lo típico de Granada por la camarera, que casualidades de la vida, era de Elche, Alicante. Después de unas risas, tapas con la cerveza y refrescos, las roscas de sobrasada con miel, risas sin fin, y una copa después..., a la 1.00h de la mañana todos a dormir, que al día siguiente, habíamos decidido pasar por Trevelez.

No obstante, Danubio, Betty, Alfonso y Mario también tuvieron sus buenos momentos:


Esta foto de Betty a Mario en movimiento, es la mejor del fin de semana.


Y mención especial para Mario, con una R6, y mono de cuero todo el fin de semana., y simplemente con una bolsa sobre depósito, Quien no viaja, es porque no quiere...


Betty, Danubio y Mario.



Espectacular esa balconada.


Danubio, Alfonso y Mario. Dos Yamaha, una Bmw, y al día siguiente se les unirían una Suzuki y una Kawasaki. Es raro que las Bmw no sean mayoría, pero, ese honor fue par Yamaha este viaje.


Betty.

Su parte final de la ruta, coincidió en tramos con la nuestra. 

Domingo 16 de Abril:
A las 7.02h me despiertan los pájaros..., solos los pájaros, no el tráfico. Una pasada.


Le costó esa mañana salir al sol...



La tarde anterior pregunté a donde podía ir a correr un poco, sin perderme..., y con esas indicaciones, a ver lo auténtico de Lanjarón.



Las fuentes son legión en Lanjarón...


Y su casco antiguo, precioso.


Había sitios muy estrechos..., prácticamente, para hacer un armario entre casa y casa.


El casco antiguo es un rompecabezas con pequeños callejones en forma de "tetris" para acceder a alguna viviendas.


 Muy curioso.


La próxima vez, haré ese sendero, con más tiempo...


El castillo árabe.


Camino de acceso.


Que estaba abierto..., aunque todavía no eran las 8.00h de la mañana de un domingo.



Lanjarón visto desde el Castillo.


Las cascadas y riachuelos eran la norma.


 Lamentablemente, se me echaba la hora encima, y había quedado con Pive para desayunar a las 8.30h. 


Vistas desde la habitación del hotel.

Desayunamos, ultimamos los últimos detalles, es decir, detrás de Danubio que estrenaba el Tom Tom Rider, 


Todos juntos a las 9.45h, emprendemos camino, e hicimos parte de la ruta del día anterior, pero, antes pudimos pasar por Orgiva, Pampaneira, Trevelez:


Hay polémica sobre si este pueblo, u otro en ser el más alto de España, pero, en el hotel me dijeron que era el pueblo "habitado", más alto de España.


Pive.

Decidí hacer una parada, y Danubio, Betty y Mario dieron la vuelta para ver sí todo iba bien..., y sí, todo bien, solo una parada técnica.

Después, Juviles, Alcútar, Cherin, Picena, y Lalores, antes de volver a hacer el Puerto de La Ragua.

Y en este puerto, fue curioso, lo hice de bajada el día anterior, y al día siguiente, de subida, lo disfruté mucho más..., a parte de tener la horquilla funcionando correctamente solo una botella, y ser de subida, sabía que tramos estaban limpios de piedrecillas, y eso, me hizo ir mucho más suelto y cómodo.

 Llegamos a La Calahorra, Granada, y había un castillo..., insistí en ir a verlo, y allí que fuimos.


No esta muy bien señalizado, y nos metimos por sitios muy raros para conseguir acercarnos...


No tenía muy claro que podría pasar con las maletas..., ya que no me meto entre los coches, por sí acaso...


Justo, pero, pase bien. 

Sin embargo...


Una aventura: una pista de tierra y piedras para subir al castillo.


Esta vez lo pase más fácil para bajar que para subir..., aunque, nuestras motos no son para este tipo de terrenos.




Para llegar arriba, y esta cerrado. Ni si quiera tenía pinta de admitir visitas..., una decepción.


Seigen.


Betty y Danubio.




En primer plano la R850R de Alfonso, y la R6 de Mario.


Al no poder entrar, supuse, que sería propiedad privada, y más tarde, tras buscarlo por internet, así era, y por lo visto, hay que llamar por teléfono para hablar con el encargado para poder visitarlo, y parece que solo los miércoles..., a ver sí cogemos un puente entre semana, y nos volvemos a pasar.


Al leer castillo del S.XVI, supuse que sería del Renacimiento...


Y las cúpulas redondas de las torres me lo confirmaron.




Y las "aspilleras" sí que me llamaron poderosamente la atención, y la única explicación que se me ocurre, es que en aquella época ya tenían armas de fuego, y ya no dependían tanto de los arcos y flechas, además, que estaban a muy baja altura, 


como Mario tuvo a bien de demostrarnos.



Tiene forma de bunker...


Mario, Danubio y Seigen.


Seigen y Alfonso, 25 años después. Con más peso, pero, con las mismas ganas de cachondeo.



Mario.

Al final, te acostumbras a tanto cuervo dando vueltas en circulo y sin parar de graznar..., porque, el invierno es muy largo, y se esta acercando.


Además, el fondo nevado de Sierra Nevada, también compenso la subida por las piedras...


Junto a las vistas de La Calahorra, Granada.


Betty.





Mario.



Mario y Betty.


Danubio y Betty.


Tierra de contrastes: hacía mucho calor, pero, hacía mucho viento, y las cumbres nevadas.


Las 4 motos que sí se atrevieron a subir..., R6, FZ8, R850R y ER6F...


Después de la subida al castillo, paramos a tomar algo frío, y había un vagón de tren en el parking del hotel.


La pequeña verde se portó bien, aún con reten de horquilla reventado.

Seguimos por la autovía, y buscando un sitio para comer, paramos para repostar, y perdemos a Pive que iba delante, lo llamo, y quedamos un poco más adelante. Por donde salimos para recogerlo, veo un cartel de un restaurante, y tras comentarlo con todos, decidimos parar y comer allí.


Al principio, todo muy raro, y silencioso. Un comedor grande, con solo una mesa y nosotros, y un camarero que tendría que estar jubilado hace años...


Un buen sitio para comer. Menú de 15€, que al final fueron 17.3€, bebidas a parte..., y lo único malo fue el servicio, o la velocidad del mismo..., un poco más de dos horas.


Betty y Pive.


Último repostaje antes de llegar a casa, y aquí Seigen con Betty, la mujer de Danubio.


Mario y Alfonso, de relax antes del último tirón.


La moto de Alfonso, antes...


y después.



 Y la Yamaha R6 de Mario, que tiene su merito viajar con ese tipo de moto.


Aunque los neumáticos blandos, lo pasan mal con tanto calor y kms...


 Esta vez, casi llego a los 1.000 kms.



De Granada, me quedo con esos contrastes, pequeños pueblos blancos sobre un eterno verde oscuro, y también, con unos nombres, que al menos de momento, me suenan extraños.



Sierra Nevada con nieve en Abril.

PD. En este viaje, como todos, tocó adaptarse a todo, falta de tiempo, cansancio, calor..., pero, siempre hay una constante: lo mejor del viaje son los amigos.