lunes, 21 de mayo de 2012

Penitentes VII, es decir, 2012. (Parte III).

Lunes, 3º día...

 A las 8.00h arriba, a las 9.00h desayunando, y me llamo mucho la atención de que todo eran sonrisas, risas, buenas caras, y todo cachondeo por el cansancio y las malas caras de la noche anterior..., porque, aunque parezca difícil de creer, después de haber podido descansar y dormir 6 horas, el cambio de humor era notable en todo el mundo, y lo que ayer era un infierno, hoy era una anécdota más que contar con los compañeros.

 Después, en la habitación, recoger todos los trastos, disfrazarnos con el equipamiento de lluvia intensa, (es decir, manoplas de plástico, traje de agua, y sobre todo, las bolsas de plástico entre los calcetines y las botas, ya que seguían llenas de agua...), volvemos al infierno de agua, frío y viento que era Huesca, a las 11.30h pasadas de la mañana. Y apenas estábamos saliendo de Huesca, dirección a Andorra, paro a Pive, y le digo que nos vamos a casa, porque, ya son las 12.00h, algunos de los puertos de ayer, ya estaban cerrados por el hielo y la nieve, íbamos con bolsas de plástico en los pies, que si bien, estaban fríos, por lo menos, estaban relativamente secos, que no es poco, pero, conforme la que estaba cayendo, lo que estaba por llegar, que era en la misma linea, llegar a Andorra a las 15.00h, si no más tarde, para, no poder salir ni del hotel en todo el día, y mucho menos, poder ir a Francia, y el día siguiente, con todo mojado de nuevo, más de 9 horas hasta casa..., opte por dejar perder el dinero del hotel de Andorra, y volver a casa, ya que era lo único razonable de todo el fin de semana.

 Por lo tanto, la vuelta, fue igual que la subida, pero, con mucha más lluvia, volviendo por le mismo sitio: Huesca, Zaragoza, Teruel, Castellón, donde paremos a comer en Barracas, (un sitio patatero, y que comes por 17 € algo muy normalito, vamos, que no es Gontar precisamente...), Valencia, y por fin, Alicante, donde llegamos a las 19.30h, casi tan reventados como el día anterior, y solo con ganas de dormir y descansar todo el día siguiente, que no es poco.



 Y ahora, como conclusión personal final es que esta experiencia es increíble e irrepetible, pero, ya la he hecho tres veces, y cada vez un poco más difícil, más kilómetros..., por todo ello, es la primera vez que dudo si estaré de nuevo en la próxima edición 2013....

Penitentes VII, es decir, 2012. (Parte II).

Domingo, 5.00h, suena el despertador, y como no, sigue lloviendo sin parar desde ayer..., pero, no importa, ya estamos en marcha, y desayunando a las 6.10h, donde poco después nos saluda Benelli y nos dice, que por 13€ que le quieren cobrar el triste café que se quiere tomar, se ve obligado a buscar una alternativa más económica, y de paso, quedamos a la entrada del Palacio de Congresos de Huesca, que es desde donde se toma la salida..., y a las 7.00h, ya estamos fuera, y de momento, con un poco menos de lluvia...

Nos reunimos en la entrada, y ya el mogollón de motos, como era de esperar, primeros agobios, para que nos sellen la cartilla de la ruta, y a las 7.20h ya estamos en marcha: oficialmente ya ha empezado la aventura, la experiencia, el desafío..., y poco después, los adelantamientos, que serían la norma dominante durante todo el largo y ancho día.

Dos hojas del "road book" después, Pive tiene que parar para dar la vuelta a la hoja, y yo aprovecho la pausa:




Un sitio muy tranquilo..., hasta que empezamos a pasar nosotros...



Y la paz se acabo...



Pero, como nos paso todo el día también, el tiempo fue un enemigo implacable:



contra el que hacíamos lo que podíamos,



y de paso, conseguía momentos como este:



y fondos como estos, antes de continuar sin parar hasta la próxima parada técnica de "road book".



La mañana iba bastante bien, ya que en dos horas, habíamos hecho 150 kms aproximadamente..., pero, sabíamos, que esta media de velocidad no se podría mantener con todos los puertos que teníamos delante, pero, la moral estaba alta, y de repente, un control más:



en el que aprovechamos para estirar las piernas,



hacer un par de fotos,



seguir pensando en lo que todavía nos quedaba,



y seguir hacia delante..., además, en este punto de control, salio un grupo de RRs como si los persiguiera un radar móvil solo para ellos..., y de hecho, poco antes de llegar, Pive y yo íbamos conectados por los comunicadores, (hasta que las baterías aguantaron...), y con Benelli en medio, que fue nuestra posición durante todo el día, le dije: Jose, te los mando, (es decir, me aparto un poco, y les hago el gesto, solo uno, de que pasen, y de repente...), todos los tacometros, (o cuentarevoluciones), de todas las motos de ese grupo, buscando inmediatamente, e irremediablemente el corte de inyección, para poder pasarme cuanto antes, para adelantar a Benelli, y finalmente, a Pive, ya que este primero, se sobresalto cuando los escucho por le pinganillo cuando me adelantaron, y ya los tenía encima, con los motores chillando a gusto a altas revoluciones por minuto..., vamos, un espectáculo.

Pero, seguimos haciendo camino, y paramos una gasolinera tranquila, ya que las anteriores, sí que estaban reflejadas en el "road book", al estar en el mismo sentido de la marcha, y la mayoría de motos, tenían menos autonomía que las nuestras, por lo que, un café de máximo riesgo, (es decir, de esos de máquina...), y aprovechando el momento:



y como siempre, me impresiona el silencio y la paz que hay por estas zonas,



con su río tranquilo y feliz,



la presa al fondo,



naturaleza y humedad por todas partes,



el pueblo cerca,



por el que no puedo evitar un leve sentimiento de admiración y envidia a partes iguales por estos paisajes,



que incluso tenía su propio túnel para el tren...



vamos, de postal, en el que no solo me falto que pasara el tren...



pero, como no teníamos tiempo de que pasara ninguno, seguimos haciendo camino...



sin embargo, antes de seguir, no pude evitar sentirme maravillado por los vehículos que tienen en Cataluña, desde los Mossos de Esquadra, hasta los "Agents forestals", todo vehículos nuevos y último modelo..., vamos, como el resto del país.

Y de paso, nuestros dorsales:



Pive...



y su café "máximo riesgo".

Benelli...



que estaría pagando la gasolina de 98 octanos...



y yo mismo, Seigen:



que hasta el día siguiente, no sabría lo que me iba a costar quitar la pegatina....



o mejor dicho, los restos de adhesivo...

Haciendo camino, unos cuantos cientos de kilómetros después...



correcto, otro control más,



que, personalmente, les tenía mucho aprecio, porque, me permitía estirar las piernas,



poder hacer fotos,



juntarnos un montón de motos de cualquier manera,



generalmente, ocupando prácticamente toda la carretera,



con un entorno espectacular,



y otro no tanto, como el "Tanatori", (Tanatorio), del pueblo.

Y de momento, así íbamos, contentos y felices, con un sol de justicia, incluso, con calor, hasta apenas 500 metros de Francia, donde, decido que es un buen momento para repostar, ya que aunque solo habíamos hecho 100 kms desde nuestro último respotaje, en Francia, la gasolina, (y todo lo demás...), es más caro.



Benelli decide que no necesita repostar...



y aprovecho para que me explique,



(Benelli, un compañero genial para ir de viaje), tanta presencia policial...



y es cuando me doy cuenta, que veo poco la tele...



para continuar a lo mejor del día,



el sitio para comer:



al cual llegamos a las 13.00h,



un sitio precioso y pijo al máximo,



con el tiempo avisando de lo que estaba por llegar...



simplemente, precioso.



e íbamos hacia allí...



pero antes, había que comer,



y ya nos preocuparíamos por todo lo que estaba por llegar,



que no era poco precisamente...





y sin olvidar al tío del tejado, al quien al primer vistazo, confundí con un gato gordo...

Y por fin, después de casi 6 horas, un montón de kilometros, nos esperaba un buffet libre, en el que pudimos reponer fuerzas, llamar por teléfono a la familia, ver un poco de las carreras tomando un café, y una hora más tarde, a Francia, y a partir de aquí, es donde de verdad, empieza lo duro, lo bueno, y el agotamiento, que ya ha empezado a hacer acto de presencia.

Después de comer, nos metemos en Francia, y aquí fue mi momento particular más duro de todo el viaje, 77 kms en los que no podía más, con la cabeza a reventar, agotado hasta la extenuación, con sensaciones de frío/calor cambiando a toda velocidad..., hasta que por fin paramos en un puesto de control:



y me pude recuperar un poco, con el aire fresco en la cara,





poder quitarme el casco, estirar las piernas un poco, y sobre todo, descansar unos minutos,



ya que todavía, no llevábamos hechos ni 400 kilómetros...



y nos quedaba el tramo más duro, en todos los aspectos, incluyendo, el frío, granizo, lluvia, nieve...

Pero, encontrándome un poco mejor físicamente, seguimos haciendo camino, mirando de reojo el reloj, el cielo, el indicador de gasolina..., hasta que al final, Pive y yo decidimos repostar en Francia,



aunque solo fueran 10.4 litros y 140 kms después...



y una vez más, Benelli decide no repostar..., y seguimos haciendo camino, hacía el último control antes de la llegada.



Y un poco más adelante, paramos en un sitio precioso,



la zona pija de un pueblo francés,



donde el agotamiento ya es importante...



por lo que hay que parar, volver a estirar un poco las piernas, y seguir hacia delante,



que ya queda menos,



pero, aun así, da pena dejar estos paisajes,



y con razón:



Al que llegamos a las 18.00h de la tarde,



y la organización nos avisa de que el puerto del Serrablo esta cortado,



y que nos desvían por otro puerto, a buscar el túnel de Biesca, que cierra a las 22.00h, que a nosotros sí nos va a dar tiempo a llegar, pero, a todos los que vengan después, ya no les va a dar tiempo a llegar..., y de que manera, de noche, solos, sin luna ni estrellas, todo más negro que nuestra economía, y con el tiempo corriendo..., y empieza a nevar, y seguimos hacia delante, casi de forma agónica para conseguir llegar a tiempo al túnel de Bielsa..., al que por fin:



conseguimos llegar a las 21.48h..., y cruzar 10 minutos después, de una espera de 11 minutos entre semáforo y semáforo, para conseguir llegar a España casi a las 22.00h, y otro desafío más, Benelli le quedan apenas 45 kms de autonomía..., y vamos a ritmo relax hasta que encontremos una, sin olvidar, que aquí ya no nieva, que llueve a muerte, sin parar, y pasamos una gasolinera cerrada...., y una segunda..., y a la tercera, nunca mejor dicho, encontramos una gasolinera abierta, que no salía en el "road book" por estar en el sentido contrario de la marcha, a las 22.45h, que después de preguntar a que hora cerraban, (ya que es Domingo por la noche...), me dicen que a las 22.30h, pero, que como estamos llegando motos sin parar, han alargado un poco más la jornada, porque, la siguiente gasolinera esta a 45 kms, (y a Benelli en esos momentos le quedaban solo 30 kms...), pero, que ya estaban a punto de cerrar, que ya estaba bien por hoy.

Después de repostar, aviso a Pive que voy al baño, y cuando vuelvo..., ya no esta, ni el, ni la moto, miro a mi alrededor, no veo a Benelli ni a su RT, son las 22.50h, lloviendo sin parar, y a 150 kms de Huesca todavía, y por la lluvia, no me atrevía a enchufar el Gps, por lo que decido, irme "acoplado" al primer grupo de motos que salga, cosa que pasa casi en seguida, y tras echar un segundo y último vistazo, a su rebufo. Por el camino de vuelta "a casa" vi motos parados en cualquier parte, gasolineras cerradas, bares, incluso, debajo de un cortado en la roca, para poder quitarse el casco, y descansar un poco. Unos cuantos kms después, me adelanta una RT..., y era Benelli, me quedo a cuadros, y ahora sí que no entiendo nada...

Por fin, llego al hotel a las 0.45h de la noche, ya que la mujer de uno del grupo, se quedaba directamente al hotel, (y con razón, estuve a punto de retirarme también sin cenar), y desde allí llamo a Pive, que me explica que el ya esta cenando, que Benelli acaba de entrar en el comedor...., y le digo que voy para allí. Al final, le pregunto que le ha pasado, me dijo que me había dicho que se iba a ir, Benelli tampoco sabía nada, y de hecho, se fue el último de la gasolinera, y se fue solo hasta Huesca, (cosa que me supo muy mal, ya que pensaba que también me había dejado "tirado", y que, sin darme cuenta, yo lo había dejado tirado a el, vamos un desastre), pero, también entiendo que el agotamiento fue a un nivel desconocido para todos nosotros hasta ese momento, ya que estábamos con los pies encharcados, con la cordura chorreando, ya que los trajes de agua los llevaba yo, pero, solo no hay huevos a ponérselo..., y solo queríamos llegar, cenar, y al sobre, que mañana sería otro día, pero, como siempre, sera mañana, junto a mis conclusiones finales sobre el viaje....

Hasta mañana.