lunes, 27 de febrero de 2017

El Desafío 2017. Espectacular experiencia por Huelva y Portugal.

Viernes 24 de Febrero 2017.


4.00 arriba, y a las 6.00h repostando en la gasolinera que a la vez es nuestro punto de salida habitual de salida, solo, que esta vez, no había nadie esperando, y directo a la gasolinera de Crevillente, a recoger a Pive, (Jose).


Llego a las 6.32h, después de haber pasado mucha niebla entre Elche y Crevillente, y mando esta foto a Pive, preguntando donde para..., (para que luego se queje de nunca llego a la hora...).

Al final lo llamo 10 minutos después, y esta llegando, porque, como siempre llego tarde..., jajaja.

Las primeras risas de la mañana, Pive reposta, y nos vamos a buscar El Rompido, en Huelva, por lo que de momento, pasamos del Gps, hasta que no lleguemos cerca de nuestro destino.

Vamos a buen ritmo, y Pive recibe la primera llamada al móvil desde su trabajo, paramos un rato, y seguimos, para volver a parar con otra llamada, 


y aprovechamos para tomar un café en Los Zarzalicos, Murcia.


Volvimos a pasar niebla para llegar hasta aquí...


 y para colmo, la anécdota del baño..., al ir a lavarme las manos, pongo primero el jabón de manos, (primo del Fairy, por color y olor...), y tres puntos, no hay agua..., jajajaja. Menos mal que todavía tenía una botella de agua de la anterior escapada a Almería y Cazorla. Los moteros nos adaptamos a todo.

Otro tramo más adelante, ya en la provincia de Granada, volvemos a parar en Venta Quemada, (Cullar),


 como la semana anterior, pero, esta vez, a por una tostada un café, que todavía quedaba camino.

Un poco más adelante, cogemos por la autovía a una GS1200 roja. Tras unos kms, Pive la "revasa" por la derecha, y yo por la izquierda, (tres carriles, y la GS por el central), y saco la pierna derecha al adelantar. La GS toca el claxón y levanto el brazo izquierdo como saludo..., cuando volvemos a parar, me pongo a reír, y Pive me pregunta que me pasa:

-¿Te acuerdas la GS roja que hemos pasado hace un rato...? Era Carlos, la última vez que me lo cruze, en una tienda en los Pirineos con niebla espesa, y la anterior, en una ruta a Cazorla. Nos vemos en cada sitio..., jajaja.

Seguimos haciendo camino, y volvemos a parar otras tres veces más.., desde en una salida de la autovía, donde vimos a un trailer de 40 toneladas dar marcha atrás, porque se había equivocado de entrada, pasando por otra gasolinera, y un parking de camiones.., en total, 6 paradas y más de dos horas perdidas. Las circunstancias..., nunca pueden faltar en un viaje

Son las 14.00h, y aviso a Pive de que tenemos que ir buscando donde comer. Vamos a una salida que marca hotel y restaurante, pero, descarto esa opción. Un par de coches en la puerta a medio día para comer..., sospechoso. Seguimos buscando y encontramos un buen sitio, lleno de coches.


Salida 138 en Malaga, para repetir.

Buen menú diario por 9€, estofado de ternera,


y pescaito frito. 

Por la zona de Malaga, otra parada más en una gasolinera, y a cruzar Sevilla..., muy mal el tráfico sevillano, hasta los trailer me metían la rueda, y se me pegaban al culo..., agobiante. En una de las paradas, tres carriles, Pive y yo en el central, justo entre dos camiones, parados, y los otros dos carriles en movimiento:

-Jose, vamos a salir de aquí. Estar entre dos camiones, con el de detrás hace un rato pegado al culo, no me hace gracia. A mí señal, salimos los dos juntos, a tu izquierda. AHORA.

Entre el tráfico denso, o directamente parados, salidas en tramos de 4 carriles, salida a Huelva a la izquierda, incorporaciones con "Ceda el paso", sin espacio para entrar en movimiento, y la prisa que era una norma, una aventura en si misma cruzar Sevilla. Eso sí, el famoso puente con sus 5 radares, el Guadiana, y su puerto interior, son un espectáculo.

Parecía que no íbamos a llegar nunca, porque, las horas caían sin parar, y los kms también, pero, las provincias..., lo hablemos mucho durante el viaje: ¿como puede ser, que un viaje de solo 750 kms, se nos este haciendo tan eterno...?

Sin embargo, al cruzar Malaga, y entrar en Huelva, parece ser que todo mejora. Otra parada para repostar, y ya vemos que va quedando menos. Pongo el móvil, y tiro delante, con el riesgo añadido que ello supone..., ya que tengo una tendencia natural de perderme, incluso siguiendo al GPS.

Nos coge anocheciendo llegando al Rompido, Huelva.

El Gps nos lleva directos al hotel principal. Hotel pijo y grande de 5 estrellas. Ya veremos...

Recogemos el dorsal,



Jose, dorsal 531.


Jorge, dorsal 621.

 bolsa y el pack de la inscripción, y a buscar nuestro hotel.

Nos atienden en recepción, un sobre preparado a nombre de Jose, y el recepcionista de nuestro hotel , El Rompido Golf de 5 estrellas, que no estaba muy fino, (o no sabe donde tiene su derecha e izquierda...), nos manda al parking...: 
-Salís del hotel, a vuestra derecha en la segunda calle, y luego, la primera rampa de la derecha de la dos que hay.

Nos lo repite por segunda vez, a petición mía, porque, ya me lo veía venir...

Y así fue, nos metemos en el parking que nos ha indicado. Motos aparcadas, al lado de un coche que cogía dos plazas, (por lo visto, era la moda allí...), candados puestos, cargados con las maletas, y a buscar la habitación 1113. 

Subimos a la primera planta, y son las habitaciones a partir de las habitaciones 2100..., joder, no puede ser. Volvemos a bajar en el ascensor.

-Mira colega, no hay más plantas, la 0, que es el parking, y luego, 1 y 2.

Subimos a la 2ª planta. Habitaciones 2200.

Volvemos a bajar a la primer planta, y no hay nada ni nadie..., llamamos por teléfono a la recepción del hotel principal, y nos pasan en espera.

Volvemos a bajar al parking, y salimos, a seguir buscando...

Nos metemos en otro parking, el 2º.

-Jose, este parking es tan raro como el anterior. Y mira, no hay más motos. Somos 700 motos, y aquí no hay.

Aún así, volvemos a subir. Motos aparcadas, candados, y maletas para arriba. Otra vez...

Habitaciones a partir de las 1200..., 

Bajamos, y nos cruzamos a otra pareja en nuestra misma situación. Les explicamos que ese tampoco era, y les indicamos que el que esta cerca, tampoco es, que ya veníamos de allí.

Más mosqueados que un mono, a seguir buscando un tercer parking....

Este tenía buena pinta, estaba lleno de motos.

Por tercera vez en un rato, aparcar motos otra vez, como la primera vez, al lado de un coche que necesitaba dos plazas para el solo..., candados, maletas, y para arriba:

Ahora sí, ese era nuestro hotel, y parking.

Después de casi 13 horas de carretera, a las 20.00h, solo queríamos descargar, cambiarnos de ropa, y sobre todo botas, una ducha, cenar y a dormir.

Pasamos del Briefing, que era a las 20.30h y a las 21.30h, aunque queríamos ir, físicamente, había que descansar lo máximo posible.

A las 21.30h, por fin, encontramos el restaurante, y Buffet libre, genial.

Y algo que nos impacto mucho a los dos, a parte de que el buffet, para ser un hotel de 5 estrellas, nos decepciono de gran manera a los dos, (he estado en hoteles a priori de inferior categoria, de 3 y 4 estrellas, y el buffet tenía más calidad y variedad), fue el ambiente tan frío y extraño de los moteros en general. Poco ambiente, casi silencio en el comedor, todo grupos pequeños, de 2 a 4 personas. Cuando salimos en grupo con los amigos de siempre, solo se nos escucha a nosotros, aunque seamos solo 4..., (nos paso en Francía, que solo se nos escuchaba a nosotros).

Por todo ello, nos extraño tanto el poco ambiente "motero", que sí que hemos disfrutado en otros desafíos de resistencia de este tipo, (Penitentes, Puertos Míticos, Conguitos y Navarider).

Y sin más, a las 23.30h, a dormir, que al día siguiente, tocaba disfrutar...

Sábado 25: El Desafío.

Arriba a las 5.30h, A las 6.15 desayunando, disfrazados, y preparados para lo que viniera.

Antes de las 7.00h, encima de las motos, y haciendo cola para empezar. Primer sello en la salida, foto de la organización el pórtico del Desafío, y salimos a la carretera.

Al poco de salir, todo el mundo coge la segunda de las dos entradas a la autovía, dirección Huelva:

-Jose, ¿seguimos al grupo grande que ha cogido la 2ª salida?

-No tío. Prefiero seguir las instrucciones del roadbook, y no encontrarme perdido sin saber donde estoy. Además, ese grupo se equivoca, y van dirección a Huelva otra vez, en lugar de ir hacia Portugal.

-¿Estas seguro...?

Sí, lo estaba. Tenía razòn. Un poco más tarde...

-Es raro. Llevamos el 10% de la ruta, (50 kms), y todavía no nos hemos perdido...

Pero, nos perdimos en el km 53, (a los pocos kms de entrar en Portugal), y otro grupo con nosotros. 


Arriba y abajo, por aquí no es, y por aquí tampoco. 


Pero, al final, encontramos el camino.


 Porque, al fin y al cabo, es una prueba de orientación.

Seguimos, y nos encontramos con la alternativa de pistas de tierra, "lo marrón", y era una pasada..., pero, ya teníamos claro que haríamos toda la ruta por lo negro.


Los paisajes, y la práctica ausencia de gente, magnífica más si cabe los paisajes.


Jorge.

Me llamaron la atención de que las señales de tráfico fueran un poco diferentes, por tamaño más reducido, y por colores, como las flechas.


Sobre las 11.00h, paramos en un bar a tomar un café, y un poco de relax.


Los paisajes son hermosos, aunque, hecho en falta los pinos...


y esos caminos, con rueda de tacos, tiene que estar bien.


sin embargo, el silencio omnipresente es impactante,


y la sencillez de la gente, (parte de atrás del bar...).


Y junto al silencio, 


La total ausencia de estres  y prisas por parte de los portugueses. 


Esto demuestra que saben vivir mejor que nosotros, y una vez más, me recuerda aquel dicho: No es más feliz quien más tiene, sino, quien menos necesita.


Pive.


Jorge.

Otro tramo más, y decidimos parar, a hacer fotos.



Cualquier sitio era bueno para parar, no había mucho tráfico precisamente...


Un poco más adelante, hay un grupo de motos paradas, señalando la gravilla en el asfalto.

Una caída. Al parecer el compañero iba con vaqueros, y se ha hecho pena..., (hay que ir siempre bien equipado).

Un poco más adelante, otro control.


 (Perdí la cuenta, pero, eran un montón...).


De izquierda a derecha, Jorge, un miembro del club "A una rueda" de Ceuta, y Jose.





 Después, otro control:


En un mirador. Perfecto.



Una colabadora del motoclub Moteros Gaditanos, y su marido, un poco más adelante con el sello. 


Pive.


La organización fue magnífica, sin nada que objeta por mi parte, (salvo el buffet libre del hotel...).


El ambiente en ruta, es especial.


La pequeña verde y la bandida...



Nunca fallan.

Un poco más tarde, la odisea de la gasolinera...


Buscando una gasolinera alternativa...


Pregunto que pasa, y me dicen, que calculan hora y media para repostar.


Una sola manguera, y una mujer sola...



La mayoría de las que tenían autonomía suficiente daban la vuelta...


Y le digo a Jose:

-Hora y media..., prefiero invertir ese tiempo en ver un poco más de Portugal, que estando aquí parado.


Al final, conseguimos llegar a otra gasolinera, tras preguntar e tirando de Gps, con otros dos compañeros de Almeria, que ya coincidimos con ellos en la anterior edición de Conguitos, de Almería.

Después de repostar, y preguntar a un compañero con una VTR con ruedas raras, que resultaron ser de agua y nieve, volvemos a la gasolinera, que la cola llegaba ya a la carretera de abajo..., por lo que mínimo, ya serían dos horas de espera.

Un poco más adelante, llegamos a Alcoutim, Portugal, para hacer las tres fotos con las estatuas:


Pive con el pescador.


El pescador.


El soldado.




Pive con el soldado.


Casi tan serio como Pive...


Pive con la abuela...


Jorge con la abuela.


En frente de Alcaoutim, Sanlúcar de Guadiana, Huelva, España.



Con todas las fotos hechas, a por otro punto de control, a comprar algo, y a buscar un sitio para comer.

Los compañeros de Almería optaron por picar algo ligero, y seguir haciendo camino, y nos avisaron, que sí parábamos a comer, llegaríamos de noche. No obstante, decidimos quedarnos a comer. Nos despedimos, aunque, seguramente, nos volveremos a encontrar en la Conguitos de este año otra vez.


Alcaotim tenía detalles que lo hacían especial.



Plato de pechugas de pollo con guarnición, coca cola, tarta de nata y café, 12€, un par de fotos más antes de irnos, y a seguir..., 


ya que sólo llevábamos 250 kms de ruta, (350 kms en nuestro caso...), del total de 500 kms, y ya eran las 15.45h.


A media tarde, por fin, conseguimos cruzar a España de nuevo:


Fin de semana de Carnaval, y este compañero, de pollito todo el día..., casi na.


Jorge.



Pive.


Jorge y Pive, porque, esto es lo que nos hace grandes, después de 9 años, y seguimos al pie del cañón.


A la derecha, España, y a la izquierda, Portugal.


Sin embargo, aún estando de vuelta en Huelva, quedaba mucho camino por hacer, y menos de dos horas de luz...

Volvimos a ver al matrimonio colaborador con la organización, y preguntando por gasolineras, (desde la última gasolinera en Portugal, no habíamos repostado), y nos dijeron que a 20 y 50 kms había gasolineras. Sin problemas, vamos con medio depósito...


y seguimos con nuestro sistema de múltiples paradas cortas.


Y debo reconocer que mi amiga Loles tenía razón:


 la sierra de Huelva es muy bonita, y he tenido que volver por segunda vez a Huelva y Portugal para admirar toda su belleza.

Poco después de la prueba de habilidad: toro mecánico. Pasamos de hacer la prueba, quedaba mucho camino para marearnos con la atracción del toro...

Y seguíamos sin repostar, con rectas interminables y zonas rápidas.



Empezábamos a preocuparnos por la autonomía...


 (Por aquí no es....).


Llevaba detrás de venir desde la tercera edición, pero, al final, he podido ir a la quinta..., y se que volveré.


Truck de la ruta  cortesía de Antonio Martín Garzón.


Pive.


Así de cariñoso tuvimos todo el día de la ruta..., únicamente salio el sol un par de horas a media tarde.

Al final, como no podía ser de otra forma, nos cogió la noche..., 


en la montaña, para variar.

Y en este punto nos decidimos que quedan 90 kms de ruta, prácticamente, lo que queda directo al hotel. Ponemos el Gps, y a buscar una gasolinera...

Pero, simplemente, no había. A la primera que nos indica el Gps, no hay nada, y preguntando, nos remiten a otra un poco más adelante. No obstante, el chaval de la gasolinera nos dice:

-Lo siento, no tengo gasolina. Han venido un montón de motos..., y ya no hay. La siguiente a 7 kms.

Esos 7 kms fueron amargos para mí. La pequeña verde marca de autonomía con el deposito lleno de 335 kms..., no obstante, el simpático del ordenador de a bordo, cuando entra la reserva, (4 litros de 16 litros...), se pone a ---, y lo último que marco fueron 97 kms. Y de eso hacía ya un buen tramo..., hasta que por fin, encontramos una gasolinera abierta, a las 21.15h:


Tiene cojones..., agobiado todo el camino, por sí me quedaba tirado en Huelva, de noche, con frío, y sin nada cerca, y aún tenía margen..., sin embargo, no me fío un pelo, por sí acaso. Llevaba 315 kms sin repostar, y más de 130 kms sin ver ninguna gasolinera.

Llegamos al hotel a las 22.00h. Pasamos por la salida a dejar el pasaporte, y el domingo, a partir de las 9.00h, a recoger los diplomas.

Llegamos a las 22.45h a cenar, y cuando ya nos fuimos a dormir, todavía seguía llegando gente con la cordura puesta, directamente a cenar, que cerraba el restaurante.

Nosotros por nuestra parte, muy contentos y satisfechos, ya que la ruta ha compensado con creces los 1.500 kms de autovía entre el viernes y el Domingo.

Domingo 26. El triste camino de retorno.

A las 8.00h arriba, desayunar, recoger todos los trastos, y pasar a por nuestros diplomas:


Pive.


Jorge.

Nos faltaron dos fotos, la del ayuntamiento de Cartaya que teníamos que haber hecho el viernes, y en la recepción del hotel..., es lo que tiene no haber ido al briefing.

La vuelta, por primera vez, se nos hizo mucho más corta que la ida. Supongo que las múltiples paradas del viernes nos cortaron el ritmo. En cambio, el domingo, sin incidencias, y saliendo del hotel a las 9.45h, café a media mañana, comer por Granada, y otra parada a media tarde, en casa a las 19.00h.


La Bandida sigue aguantando kms..., camino de los 140.000 kms...


2100 kms en tres días...

PD. La conclusión de este viaje, es que El Desafío, se merece la fama que tiene: organización impecable, ruta magnífica, y ambiente frío al principio, y poco a poco, fue mejorando mucho. Y por otra parte, los desafíos de resistencia de este tipo, con dos o poco más, se pueden hacer bien, pero, lamentablemente, grupos grandes, irremediablemente se pierde mucho tiempo.

Y por supuesto, lo mejor del viaje, la compañía, que cuando el cansancio aprieta, no es fácil seguir manteniendo el nivel.

El año que viene volveremos.