De izquierda a derecha, Miguel, Chelo, Eliseo, Encar, Seigen, Fabían, Araceli, Luis y Jose.
Todos los viajes son especiales, o mejor dicho, las circunstancias son las que condicionan y hacen especiales y diferentes cada viaje, y en consecuencia, esta escapada no iba a ser una excepción.
Sabado 18. Como siempre, quedamos en nuestro punto de salida habitual, la gasolinera de siempre, pero, entre problemas con una de las tarjetas, y que tuve que dar media vuelta a por la visera oscura, llegue tarde, Luis también tuvo un problema parecido, y llego poco antes. Sin embargo, Eliseo y Pive, sí que estaban a su hora, como tiene que ser. Pero, vamos por el principio...
La previsión del tiempo no era buena para el fin de semana, de ahí que de 14 iniciales, solo nos atrevimos 9 valientes, a saber: Eliseo con tu Triumph Tiger 800, Jose, (Pive), y su eterna Bandit 650 S, Luis y Araceli, con Kawasaki ER6N, (primera salida larga...), Fabían y Encar, (segunda salida larga de Fabían, y primera de Encarna), en una segunda ER6N, (que los recogeríamos más tarde), Miguel y Chelo,
(con un sidecar Ural), que nos esperarían en el hostal, y el que escribe, con su pequeña verde, la ER6F. Y por una vez, ninguna representante del clan, (Bmw).
Después de reunirnos, salimos Eliseo, Luis, Araceli y yo zumbando a recoger a Jose en Crevillente, (8.15h), y de allí todo autovía hasta Mazarrón, Aguilas, (Murcia), y seguimos la costa hasta Almería, donde paramos a almorzar cerca de Las Cuevas de Almanzora, donde ya nos comió el coco del tiempo, y tuvimos que cortar hacía Velefique, sin pasar por Carboneras.
Cuando dejamos la autovía, e íbamos hacía Velefique, el tiempo era demasiado justo para hacer la ruta prevista: Velefique, Calar Alto, Bacares y comer en Tíjola, y aún así, lo intentamos..., hasta que le dije a Eliseo, todo no podemos ver, y siempre, tengo problemas para encontrar Velefique cuando vamos mal de tiempo..., y me dijo, no hay problema, llevo puesto el Gps, y cambio Velefique por Calar Alto. Cogemos un desvío a la izquierda, cuando la señal de la carretera ponía recto, pero, pensé que podríamos hacer Calar Alto, y a la bajada, Velefique, y allí que vamos...
Hasta que nos encontramos con un par de puertos, que parecían una copia de Velefique, pero, más pequeños, y sobre todo, con unos acantilados a cuchillo, sin protecciones de ningún tipo, que sencillamente, eran acojonantes. Hacemos Castro de Filabres,
y Olula de Castro, y antes del desvío estábamos a una hora de Velefique, ahora estábamos a 2 h y 30 minutos...,
y nadie quería volver a pasar por esos puertos..., por lo que a buscar Calar Alto.
Sin embargo, todavía no habíamos acabado con la aventura...,
(de izquierda a derecha, Luis, Seigen y Eliseo).
la carretera que nos mandaba el Gps, estaba muy mal de barro, nieve, piedras y compañía..., por lo que Jose se ofrece voluntario para ir de explorador..., hasta que vuelve detrás de un grupo de off road con GS800 Adventure, KTM 1250 Adventure, y una Africa Twin de las nuevas, todos equipados para ir por lo marrón, y con ruedas de tacos, y detrás de ellos, Jose con la Bandit..., de foto, y nos confirma que la carretera esta cortada unos kms más abajo.
Seguimos por otra carretera, y por el comunicador le digo a Jose, que siga recto, que vamos a Calar Alto, y como siempre, no decepciona.
El tiempo estaba amenazante...
De izquierda a derecha, Eliseo, Jose, Seigen y Luis.
De izquierda a derecha, Eliseo, Seigen, Jose, y Araceli y Luis. (La foto de coña del día...).
Eliseo.
Araceli.
Luis.
Seigen.
La carretera limpia, pero, el resto, con dos palmos de nieve, espectacular..., hasta que empiezan a caer los primeros copos, y junto con lo cerrado que estaba el cielo, opto por salir rápido, que solo nos faltaba que nos cogiera nevando, y todavía no habíamos comido.
Pongo el Gps, y como la opción de Tíjola estaba descartada por la hora, el plan B, a Cullar, (Granada). Cuando conseguimos llegar, no recuerdo donde era el asador..., paramos, busco por internet, lo encuentro, llamo, y sí, podemos comer, aunque sea tarde, y vamos a Venta Quemada, que esta a pie de autovía, y no hacía falta atravesar el pueblo...
Por fin, sentados otra vez a una mesa, y con bocadillos, que ya eran las 17.30h. Llamo a Fabían y Encar,
que los teníamos que recoger en La Puebla de Don Fabrique, (Granada), a las 18.00h. Ellos han llegado bien, aunque, les ha caído una granizada corta, pero intensa, y tomarán un café hasta que lleguemos.
Un poco más tarde, a las 18.30h llegamos nosotros.
Encar y Fabían.
Ese tramo que de día es una gozada, lloviendo a tramos, totalmente a oscuras, intentando llegar cuanto antes por el frío, cuando no la niebla..., hizo el tramo más duro de lo normal, como hace dos años con la nieve, y recuerdo que le dije a Jose: Macho, no vuelvo a venir por aquí de noche y con frío otra vez..., y sí, otra vez sufriendo para llegar lo antes posible.
Es difícil explicar la sensación de alivio, cuando, después de prácticamente hacer curvas enlazadas sin parar durante más de una hora, sin ver ninguna luz en todo ese tiempo, y por carreteras perdidas y desiertas, ves a lo lejos las luces de un pueblo...,
Encar.
el alivio es inmenso, y piensas, hay vida más allá..., y el último tramo, de solo 40 minutos, es el más delicado del viaje, y de hecho, casi me dan 3 veces, ya que los todo terreno de allí se lo conocen de memoria, y van zumbando por el centro de la carretera. No obstante, conseguimos llegar sin problemas al hostal Casa Pedro, donde Miguel y Chelo ya nos estaban esperando. Eran las 21.00h de la noche.
Dejar los trastos, cambiarnos de ropa, y a cenar, que cierran la cocina a las 21.30h.
Por fin, estábamos los 9 de la escapada todos juntos, sentados a la misma mesa, con una buena cena, sin ninguna prisa, ambiente inmejorable, y contando anécdotas sin parar del duro día que tuvimos, donde los tramos de lluvia fina, lo poco que nos nevó, y sobre todo, el frío negro que nos acompaño todo el día, no consiguió que nos rindiéramos.
Un poco más tarde, sobre las 0.30h, a dormir un poco, que mañana quedaba más ruta por hacer..., y de los 500 kms teóricos, hicimos prácticamente 650 kms...
Domingo 19. A las 8.00h arriba,
Gontar nos deleita con un poco de niebla por la mañana,
y una temperatura de 6º...
Chelo, Miguel y Eliseo preparando la cámara.
9.00h desayunando pan de pueblo, con bizcochos recién hechos, leche y café, por no mencionar los buñuelos con miel, que tendrían que estar prohibidos por lo buenos que están...
Durante el desayuno, decidimos entre todos, que entre el Nacimiento del Río Segura, el Embalse del Tranco, y visitar el castillo y el planetarium de Hornos, haríamos la última opción.
Salimos lloviendo agua nieve, otra vez, por lo que, con calma y paciencia, camino de Hornos del Segura, (Jaén), que siempre son 90 minutos, como mínimo...
Me apenaba mucho que estuviera mojado mi "Confrides andaluz", el tramo desde Pontones a Hornos, pero, dejamos la zona de nubes, dejó de llover, y la carretera se iba secando por tramos, hasta que cogimos asfalto seco..., y peor que los chiquillos cuando salen al recreo, a disfrutar, (sin excesos), pero, moviendo la moto sin parar de lado a lado, y ese tramo, compensó todo el frío y la lluvia del fin de semana.
Llegamos a Hornos, y buscando el acceso al castillo, veo un cartel de un mirador...,
solo, que no conseguimos encontrarlo, y por ello, paramos un momento en la carretera,
De izquierda a derecha: Chelo, Miguel, Jose, Eliseo, Encar, Araceli, Fabián y Seigen, (Luis haciendo la foto...).
De frente, Encar y Fabían, y de espaldas, Eliseo, Seigen y Jose.
que tenía buena panorámica del embalse del Tranco.
Debería llevar más agua...
De hecho, no hace tanto, llevaba mucha más, pero...
Luis con su moto, y la de Jose de fondo.
Luis y Araceli.
Y después de las fotos, y las risas de rigor, a buscar el castillo.
Pregunto para ver el castillo y el planetario, y 5€ por cabeza, a hacer la visita al castillo,
Sala interesante...
Fabián.
Encar.
Hasta el infinito, y más allá...
Araceli.
Eliseo.
Seigen.
Hornos, (Jaén).
Las vistas del castillo son impresionantes, y aún nos faltó por ver otros dos miradores en el pueblo...
Encar.
Chelo.
Chelo y parte de la carretera de mi "Confrides andaluz".
Merece la pena los kms y las horas para llegar hasta aquí, solo para poder disfrutar de ese tramo...
Eliseo.
Torre del Homenaje.
Luis y Araceli.
Interior de la torre.
Fabián.
Eliseo y Seigen.
Esto es lo que más me gusta de los sitios a los que vamos, pueblos pequeños, en la montaña, con paz y silencio por todas partes, hasta donde alcanza la vista todo son paisajes inmensos, y sobre todo, sin ningún tipo de contaminación.
más fotos y risas, y a las 13.00h, al planetarium, que dura 25 minutos.
Parte superior del planetarium, y parte del dedo...
Lo dije nada más entrar, a oscuras, con los sofas relax totalmente acostados, y con un documental sobre el nacimiento y formación de nuestro sistema solar..., me quede frito a trozos, roncando como sino hubiera mañana..., jajaja. El cansancio...
Salimos a las 13.30h, y directos a repostar en Pontones. Fabían y Encarna se estaban descolgando demasiado, aviso al grupo, paramos, y nos cogen. Les pregunto como van, y me dice Fabían que va muy mal de gasolina..., que tiremos, que el va más despacio. Me quedo con el, y llegamos a repostar un poco más tarde. Desde allí sin más paradas hasta el restaurante, que sigo sin entender como, llegamos tarde, otra vez..., a las 15.40, 40 minutos más tarde de lo normal..., pero, ya me conocen allí, y pudimos comer sin problemas.
Tras comer con mucha calma, y buenas conversaciones, conseguimos salir de vuelta a casa a las 17.00h, excepto Miguel y Chelo, que tenían que llegar pronto a casa, por lo que ellos salieron nada más llegar, y con bocadillos recién hechos para el camino.
El plan original era volver por Nerpio, Caravaca de la Cruz, Murcia y Alicante, pero, Luis y Araceli tenían que volver a Banyeres, por lo que optamos por coger Yeste, Hellín, (donde hicimos una parada técnica), y de tirón hasta Jumilla, donde Luis y Araceli se desviaron a Yecla y Banyeres, y el resto, todos juntos hasta el Portichol, donde Jose se desvió a Elche, y el resto, a Alicante, donde llegamos a las 21.45h.
Sin repostar desde Pontones hasta casa...
No esta mal para solo dos días...
En conclusión, fue una buena escapada, donde como siempre, los amigos y su buen ambiente, hacen que todos los problemas e inconvenientes no sean más que anécdotas durante la comida, cuando todo ha pasado. Además, no pudimos cumplir nuestro objetivo de Carboneras y Velefique, pero, descubrimos un par de puertos nuevos, aunque, dudo mucho que los volvamos a hacer, siempre es emocionante hacer un nuevo puerto por primera vez, y sí que cumplimos el objetivo del domingo, que era ver el castillo y el planetario de Hornos. Físicamente duro y exigente, tanto por la climatología, bajas temperaturas, y estado delicado de las carreteras, como por las pocas horas de luz. No obstante, las rutas invernales son así...
La próxima, más y mejor.
Como he comentado, a ver si la próxima me animo.
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